Hace menos de tres años la guerra rápida entre Georgia y Rusia por los territorios de Osetia del Sur fue un monumento al desinterés informativo. Hablo de una guerra o conflicto 'ciego' por parte de Occidente, que apenas desplegó medios y las infos resultantes fueron una suma de comunicados de la propaganda. Solo hay que echar un vistazo a Wilkipedia para ver que todo aquello se remite a fuentes oficiales, a comunicados y contracomunicados, sin apenas interpretación independiente de los hechos.
Hoy sábado en Libia ha fallecido en las refriegas otro periodista 'ciudadano', el libio Mohamed Nabbous, fundador del canal LIbia Libre y personaje popular por su cobertura de las revueltas sociales aprovechando las herramientas de la web 2.0. Su fallecimiento se suma al del cámara de Al Jazeera hace unos días en Benghasi, a las detenciones de los periodistas del New York Times, al hostigamiento, fechas antes, a un equipo de la BBC. Cuando en los días anteriores las tropas mercenarias de Gadaffi batían los reductos de las ciudades rebeldes más cercanas a Benghasi se produjo una 'estampida' de agencias y periodistas occidentales que lejos del frente, informan literalmente a ciegas',
Lo hemos visto hasta la saciedad en estos días. Los residentes, via teléfono, son la fuente de información directa de nuestras cadenas de TV y periódicos.Sus videos grabados a baja definición en los teléfonos móviles, son el pan de cada día en nuestras sobremesas y cenas. Cubren y hacen el trabajo sucio y necesario que no hacen los medios tradicionales. Son nuestros ojos y oidos.
Precisamente, lreleer el libro 'Los Ojos de la guerra' supone reconciliarse con la profesión, con los reporteros de guerra, un oficio hoy en desaparición. De hecho, mi mejor información de lo que ocurre en Tripoli y en las zonas controladas por el Gobierno nos la dio ayer viernes 18 en una entrevista por el canal 3/24 un joven libioespañol, Josep Saa, residente en Tripoli hasta hace pocos días. Testigo ocular y cuya versión de la situación supone un material imperdible de los hechos, por más parcial que sea. Acreditarse ante el gobierno de turno como periodista es una falacia. Verás lo que ellos quieran que veas, y nada más.
No, los periodistas ya no somos, ni seremos más los primeros en dar la noticia en zonas de conflicto.. Los acontecimientos nos han rebasado, y ya no hay héroes tradicionales tras el teclado para cercionarnos con claridad de lo que pasa. El periodismo 'ciudadano' ha puesto en valor su contribución, a la vez que pone en cuestión el despliegue de reporteros que ya no cubren la noticia desde el corazón de las tinieblas.
Hoy sábado en Libia ha fallecido en las refriegas otro periodista 'ciudadano', el libio Mohamed Nabbous, fundador del canal LIbia Libre y personaje popular por su cobertura de las revueltas sociales aprovechando las herramientas de la web 2.0. Su fallecimiento se suma al del cámara de Al Jazeera hace unos días en Benghasi, a las detenciones de los periodistas del New York Times, al hostigamiento, fechas antes, a un equipo de la BBC. Cuando en los días anteriores las tropas mercenarias de Gadaffi batían los reductos de las ciudades rebeldes más cercanas a Benghasi se produjo una 'estampida' de agencias y periodistas occidentales que lejos del frente, informan literalmente a ciegas',
Lo hemos visto hasta la saciedad en estos días. Los residentes, via teléfono, son la fuente de información directa de nuestras cadenas de TV y periódicos.Sus videos grabados a baja definición en los teléfonos móviles, son el pan de cada día en nuestras sobremesas y cenas. Cubren y hacen el trabajo sucio y necesario que no hacen los medios tradicionales. Son nuestros ojos y oidos.
Precisamente, lreleer el libro 'Los Ojos de la guerra' supone reconciliarse con la profesión, con los reporteros de guerra, un oficio hoy en desaparición. De hecho, mi mejor información de lo que ocurre en Tripoli y en las zonas controladas por el Gobierno nos la dio ayer viernes 18 en una entrevista por el canal 3/24 un joven libioespañol, Josep Saa, residente en Tripoli hasta hace pocos días. Testigo ocular y cuya versión de la situación supone un material imperdible de los hechos, por más parcial que sea. Acreditarse ante el gobierno de turno como periodista es una falacia. Verás lo que ellos quieran que veas, y nada más.
No, los periodistas ya no somos, ni seremos más los primeros en dar la noticia en zonas de conflicto.. Los acontecimientos nos han rebasado, y ya no hay héroes tradicionales tras el teclado para cercionarnos con claridad de lo que pasa. El periodismo 'ciudadano' ha puesto en valor su contribución, a la vez que pone en cuestión el despliegue de reporteros que ya no cubren la noticia desde el corazón de las tinieblas.
Hoy sábado, día 9 de abril, el régimen libio ha organizado una visita 'guiada' de periodistas a la ciudad asediada de Misratah. Tal como advertía en mi post de hace veinte días, y hoy se confirma, el tour incluía revisión y censura previa de todas las imágenes filmadas, según han testimoniado los cámaras.
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