Del gas natural licuado a las emisiones cero: los cruceros lideran los avances marítimos en pos de un aire más limpio
La búsqueda de un entorno lo más natural y menos contaminado posible es otro de los alicientes de una travesía en el mar. Una parte importante de la actividad del crucerista se desarrolla también al aire libre, ya sea en las escalas que realiza en su trayecto, o en alta mar.
Uno de los buques de Celebrity Cruises en el mar Egeo. Foto Joan Oliva |
Pero si un pasajero recibe directamente el fruto del esfuerzo de más de una década de los cruceros por lograr emisiones de aire menos contaminantes, es el planeta quien a la postre lo agradece. La Organización Marítima Internacional (IMO) es el organismo responsable de regular las emisiones aéreas bajo las directrices de la Convención internacional para la prevención de la polución marítima (MARPOL). De este mismo ente proceden las consideraciones para prevenir las emisiones de gases de efecto invernadero que potencian el calentamiento global. Y lo que ocurre es que las zonas más concurridas por los cruceros y que registran el 64% del tráfico turístico (Caribe estadounidense, costas atlánticas de Norteamérica, Mar Báltico, Mar del Norte y Mar Mediterráneo) son, hoy en día, las áreas geográficas del globo más sujetas a estrictas restricciones en materia de emisiones de aire.
También cuando el pasajero de crucero transita por cualquier puerto para su embarque y desembarque aspira a disfrutar de un entorno ambiental lo más limpio posible. Los cruceros atracados en puerto son apenas causantes del 1,24% de las emisiones atmosféricas portuarias de la Unión Europea, y responsables globalmente del 4-5% de emisiones del efecto invernadero (GHG). Estos datos, entre otros, nos ayudan a disipar la idea del riesgo potencial medioambiental de los puertos con mayor tráfico de cruceros, como sucede en el puerto de Barcelona.
Según un estudio del Port de Barcelona, la actividad portuaria global del puerto barcelonés es responsable del 7,6% de concentración de partículas de gases NOx (óxido nítrico y dióxido de nitrógeno) y del 1,5% de partículas en suspensión (PM10 –polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen-) en todo el ámbito de la ciudad. Y en esa escala geográfica urbana, los cruceros apenas contribuyen con entre el 0,23% y el 1,2% de la polución ambiental total. Durante su estancia en puerto, los buques de crucero aportan el 14% de las emisiones de PM10 y el 16% de las de NOx en la zona portuaria, frente al porcentaje restante atribuible al resto de de clases de navíos.
Emisiones cero
El compromiso de los cruceros con la sosteniblidad es una apuesta que exige un alto nivel de cumplimiento de las normativas vigentes en materia medioambiental, una política que persigue llegar a 'emisiones zero' y que intenta mostrar el esfuerzo del sector en la lucha contra el efecto invernadero.
En este sentido, el informe Evaluation of Cruise Industry Global Environmental Practices and Performance, James Corbett y Edward Carr, de la Universitat de Delaware, deja meridianamente claro que la industria de los cruceros cumple o directamente excede los estándares regionales, nacionales e internacionales en calidad del aire exigido.
Este estudio, auspiciado por la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros, insiste en la eficacia de la batería de medidas que han tomado las sesenta líneas de cruceros integrantes de CLIA para reducir al máximo las emisiones de aire contaminante.
Además, Corbett y Carr son taxativos a la hora de explicar que los cruceros son hoy en día más eficientes que un transporte de contenedores, un carguero, o hasta un ferry, en el control de las emisiones de aire. Y también lo son en la adopción de combustibles más limpios, así como en preparación de los propios navíos para conectarse a sistemas avanzados de energía en tierra, es decir, en el propio puerto.
MSC fue precisamente una de las primeras líneas de cruceros comprometida en reducir voluntariamente las emisiones en los puertos a niveles muy por debajo de los límites legalmente requeridos. El MSC Fantasia y el MSC Preziosa fueron los dos primeros de la compañía equipados con sistemas de limpieza de gases de escape desde 2017. Los nuevos equipos incorporados a bordo de esos navíos de la compañía italo-suiza está totalmente en consonancia con los requisitos de la Directiva de equipos marinos de la UE, y está programada desde entonces su aplicación a toda la flota.
De la misma manera, Costa Cruceros ya había instalado en 2016 en siete de sus barcos, casi la mitad de su flota, ese mismo sistema ECO EXhaust Gas Cleaning, la tecnología con un sistema de filtrado que puede eliminar más del 90% de los contaminantes de los gases de escape, independientemente del estado de navegación del barco. Además del amplio uso de sistemas avanzados de limpieza de gases de escape, -EGCS -, concebido como una alternativa para reducir el óxido de azufre (SOX) en las emisiones de aire, los cruceros encabezan la lucha contra la contaminación en otros apartados.
Uno es el uso del gas natural licuado (GNL) como combustible fósil de propulsión más eficiente, más limpio y menos contaminado del mundo para los nuevos buques, combinado con las tecnologías de propulsión más avanzadas, como es el caso de los motores diésel eléctricos. Hoy los buques de crucero llevan invertidos más de 10.000 millones de euros en esa búsqueda y aplicación de combustibles alternativos a sus flotas. La mencionada Costa Cruceros prevé incorporar en 2019 sus primeros naviós propulsados por gas natural.
Un tercer abanico de medidas contra la contaminación son los sistemas de reducción de emisiones portuarias. Los cruceros reponen sus necesidades energéticas incorporando en su casco tomas de corriente que puedan ser conectadas desde las redes de energía existentes en el propio puerto. Esa red de energía basada en tierra produce mucha menos polución ambiental que los sistemas de alimentación eléctrica a bordo de los propios buques. La industria de los cruceros es una reconocida líder en estos avances concretos. El famoso Queen Mary 2, de la naviera estadounidense Cunard, fue el primer barco de la división de Carnival en Reino Unido en disponer de esas 'shore power connections' a bordo y aprovecharlo al término o inicio de sus viajes transatlánticos en puertos como el de Nueva York.
Sin embargo, todavía queda mucho recorrido por hacer en este punto, ya que los cruceros recalan en unos 1.000 puertos, y solo una pequeña fracción de instalaciones portuarias cuentan con estos sistemas auxiliares de alimentación.
Bonificaciones en las tasas portuarias
Hablando de puertos, algunas de las medidas puestas en marcha por las líneas de cruceros, y que antes hemos mencionado, encajan perfectamente con los propósitos que contempla el Plan de Mejora de la Calidad del Aire del Port de Barcelona. Así, las autoridades portuarias intensificarán tanto el uso del combustible Gas Natural Licuado (GNL), como las bonificaciones ambientales a las navieras de cruceros -así como al resto de buques usuarios-, con el incentivo de una reducción la tasa portuaria en un 40% para aquellos buques menos contaminantes. Actualmente ya se bonifica con una tasa reducida de un 5% a los barcos más 'limpios', pero se quiere ir mucho más allá, y auspiciar un cambio en las leyes vigentes para permitir llegar hasta ese 40%.
El crecimiento continuo de la flota de cruceros y su modernización son una excelente oportunidad para liderar los avances en el mar contra la polución ambiental. Las consecuencias más tangibles de este esfuerzo de las navieras de cruceros ha sido lograr una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero (GHG -medidas en emisiones de CO2 de las operaciones de a bordo-) en el periodo 2005-2015, que es el que ha protagonizado este esfuerzo supremo del sector. Grupos como Carnival se han fijado el objetivo de reducción del 25% de esas emisiones GHG en el horizonte inmediato de 2020, es decir, casi mañana mismo.
Como corolario de todo un esfuerzo realizado por las navieras turísticas, las cifras hablan por sí solas: más de 108 cruceros que están surcando actualmente los mares, el 38% de la flota, ya incorporan sistemas de limpieza de gases de escape; todos los nuevos buques a quienes se puso la quilla después del 1 de enero de 2016 llevan incorporados motores de propulsión avanzados nivel III de baja emisión de aire; y más de una docena de nuevos navíos que se incorporan a las flotas entre 2017 y 2026 estarán propulsados por gas natural licuado (LNG).
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