Aviso a navegantes. En una entrevista laboral, se suceden a veces cuestiones desconcertantes, pero importantes. Una vez me preguntaron sobre el color que debía tener el logotipo o imagen de marca de la empresa de software turístico para la cual era aspirante. Una empresa que yo, obviamente, no conocía o apenas conocía.
¿Pregunta trampa? Fue un momento crucial del encuentro, se supone para un perfil de comunicación, pero también, y eso es lo que parecía interesar más a mis interlocutores, para un puesto de Marketing, de una firma de soluciones de software.
No importa tanto lo que respondí, sino la reacción a mis argumentos.
"Con el azul quieres contentar a todo el mundo"
"Elegiste el color azul. Un color que no molesta a nadie, y con el que se quiere intentar contentar a todo el mundo", me respondió mi interlocutor desde el otro lado de la mesa. También había optado por el amarillo (por el sol mediterráneo). "El amarillo es un color fuerte, que transpira pujanza y no pasa inadvertido".
O algo así me respondieron ante mi estupefacción, para señalar que la imagen de marca de la empresa necesitaba un color diferencial e irrepetible, desde luego no el azul ni el amarillo, ninguno de los que yo había elegido, porque "nuestro producto es así, único".
¿De qué color puedo imaginarme a mi empresa? ¿Y a tu empresa? ¿Os lo habéis planteado alguna vez?
Pues tenedlo en cuenta porque en la mercadotécnica de una entrevista de selección, acertar en estas cosas es (para el directivo entrevistador) muestra de lo que puede aportar el candidato. Es como el love at first sight, o amor a primera vista. Si no aciertas a la primera, ya no hay química posible. O como mínimo, es más difícil.
Y es que las estrategias de marketing de una empresa empiezan a veces desde la propia entrevista de selección. Sobre todo cuanto está todo por hacer. Y la entrevista laboral ya es la primera prueba de fuego del aspirante. No lo olvidéis.
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